domingo, 30 de diciembre de 2012

PROYECTO LOM. LA OTRA MIRADA


PROYECTO LOM. LA OTRA MIRADA


Haciendo referencia a mi entrada de la visita al Museo Reina Sofía comentaré otra visita que realizamos con la clase de  Magisterio. Esta fue al Palacio de Los Condes de Gabia, para poder contemplar piezas que habían realizado los estudiantes del último curso de Bellas Artes de la Facultad de Granada.
En esta visita el profesor estuvo informándonos de las obras allí expuestas, de cómo mirarlas, observarlas mirando más allá, cómo hacerles llegar a niños una explicación adaptada a su edad, estado madurativo, físico, etc…
No es tan difícil hacer llegar a los niños al mundo del arte, de lo abstracto, de lo bello. La curiosidad en los niños es sorprendente, el querer descubrir, indagar, investigar. Y es desde ahí desde donde debe partir nuestras visitas a los museos con niños.
Un museo tiene su propio relato que se concreta en el programa museístico. Pero este no se tiene que corresponder necesariamente con el que nosotros elaboremos a la hora de planificar una visita a un museo con niños. Deberemos adaptar un argumento al otro, pero dando prioridad a lo que nosotros queremos transmitir a esos niños.
Nuestro profesor ha realizado esta acción con nosotros, ha explicado las piezas que se exponían, pero a su vez ha ido introduciendo lecturas de cómo debería ser la transmisión del guión a los niños, para captar su atención, igual que él la ha captado con nosotros.
Deberemos construir nuestro propio “museo adaptado”. Para ello, nos hemos valido de una actividad de “interpretación de una obra o pieza”. La experiencia consistía en realizar una pequeña grabación de vídeo donde explicásemos una obra. Imaginación, los cinco sentidos, risas y un poco de vergüenza, han sido los participantes de este. Pero ha resultado muy ilustradora a la hora de ponernos en situación para pensar lo complejo que supone contar sin palabras y que los demás capten lo que queremos transmitir.
No por saturar a los niños de información van a asimilar más y mejor. Lejos de esto, lo que conseguimos es que aborrezcan los museos y les recuerden a sitios oscuros y aburridos.
La visita debe comenzar en el aula, no en el museo, ya que antes deberemos saber algo de lo que vamos a ver, donde, etc. Una pequeña charla, un vídeo o visualización de imágenes serán suficientes para centrarse en lo que se va a ver, y se cree una atmósfera en la que se pierda el miedo a interactuar con ellas.
Actualmente los artistas utilizan gran cantidad de medios, vemos exposiciones con todo tipo de soportes, estamos inmersos en el mundo de la imagen, se trata de educar el ojo, la sensibilidad artística. La belleza y lo estético, según Inmanuel Kant, (filósofo alemán), en sus Críca del juicio,  y Friedrich von Schiller, (filósofo alemán), en sus Cartas sobre la educación estética del género humano, ocurren, en tanto en cuanto que son experimentados por el sujeto.  El niño debe experimentar, tocar (dentro de lo que se pueda), observar, oler, interpretar, analizar, valorar, criticar, construir, etc.
La experiencia estética no es solamente ya un acto contemplativo, sino que la interacción entre el espectador y la obra de arte es ya un elemento indispensable dentro de la propia experiencia y como parte del proceso educativo.
Cada vez es mas común que el espectador influya de modo directo en la realización de la obra. Algunas esculturas interactivas permiten que el visitante no solo observe sino que camine sobre ellas, alrededor, dentro de la misma, interactuando con ella, creándola, en parte, modificándola, dándole vida, convirtiéndola en una extensión de ella o del artista.
¡¡¡Es un mundo vivo, el que se abre y muestra ante nuestra mirada cuando visitamos un museo!!!


















































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